Una estación compacta es una instalación pequeña y autónoma que ofrece servicios y comodidades esenciales a los clientes, a menudo en una zona muy transitada o remota. Estas estaciones pueden encontrarse a lo largo de las autopistas, en centros urbanos o cerca de atracciones turísticas, y ofrecen una cómoda parada para repostar, comer o ir al baño. Las estaciones compactas suelen ofrecer una gama limitada de servicios, como comestibles básicos, aperitivos y bebidas, lo que las convierte en un recurso valioso para los viajeros.

Una estación compacta es un tipo de centro de transporte que combina las funciones de una estación de tren tradicional, una estación de autobuses y un aparcamiento en un solo lugar. Diseñadas para reducir la congestión y aumentar la eficiencia, las estaciones compactas suelen contar con una única plataforma multimodal que da servicio a múltiples formas de transporte público, incluidos trenes, autobuses y, en ocasiones, incluso sistemas de bicicletas compartidas. Al consolidar las opciones de transporte, las estaciones compactas pretenden ofrecer una experiencia de viaje fluida y sostenible tanto a los viajeros como a los visitantes.
